ABC 19-10-1928
<<Cae desde la torre de la iglesia y se mata.
Ciudad Real 18. 8 noche. Dicen desde Castellar de Santiago que el jóven de quince años Antonio Camuñas Rubio subió, por mandato de su padre,sacristán de la iglesia parroquial, a la torre de la misma para tocar las campanas, y tuvo después la mala ocurrencia de subirse a la techumbre, desde donde cayó, quedando muerto.>>
El lugar de la caída , según memoria popular, parece que fue entre el altar de la Virgen del Carmen y la entrada actual a la sacristía que está situado diametralmente opuesto a la espadaña (la nota dice torre pero desde el s XIX ya no existía y se había sustituido por una espadaña anterior a la actual). La armadura de la bóveda era de madera cerrada con cañizo y yeso. En los años sesenta del s XX se podían ver algunos desconchones con las cañas al aire y otros fragmentos colgando de los ataderos que sujetaban a las maderas. Esto se renovó en las reformas que terminaron a principio de los años 70 del siglo pasado.
La espadaña siempre estuvo poblada por cigüeñas, En los años 50, aproximadamente, se cayó el nido y dicen que llenaron tres carros con el material que recogieron. Volvieron a colocar, un muchacho subió enviado por el cura y el alcalde, una estructura construida con varetas de olivo a modo de cestillo como inicio del nuevo nido que las cigüeñas continuaron. Estuvo en su lugar hasta que en la construcción de la nueva espadaña ya no se volvió a colocar. Las cigüeñas dejaron de anidar en él por los años 80.
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EVARISTO CLEMENTE CAVADAS
“Yo tuve la suerte - relativa, como verá más adelante el lector- de que de que estuviera actuando entonces como cónsul de la República española en Cardiff (Gales) mi cuñado Evaristo Clemente Cavadas, que me ofreció su casa, donde estaba ya mi mujer, y en la que encontré un verdadero oasis de paz y refrigerio.
Al abandonar el consulado de Cardiff, después del triunfo de Franco, Evaristo Clemente se trasladó a Londres conmigo y nuestras esposas respectivas. A los pocos días de llegar a la gran urbe , estalló la segunda guerra mundial . Cuando los alemanes llegaron a Calais, Evaristo Clemente juzgó lo más sensato emigrar a México con su mujer. Murió allí a los pocos meses, de un ataque al corazón, lo que prueba una vez más, que como nos explica el personaje de “La vida es sueño”, siguiendo la vieja filosofía de los árabes, es absolutamente inútil huir de la muerte. Evaristo Clemente Era un hombre bueno y un excelente republicano, que se hizo estimar de cuantos lo conocieron.”
La España de mi experiencia. Reminiscencias y esperanzas de un español en el exilio.
José Antonio Balbontín.
Centro de estudios andaluces 2009
ISBN-10 84561280725.
Pág. 313
El autor y Evaristo eran cuñados y fue sacado de Francia por el cónsul durante la guerra civil.
Evaristo Clemente Cavadas, Secretario de segunda clase.
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